Desde tierra, Rodríguez haló con todas sus fuerzas, pero la fiera la despedazó, y
[[tiró los restos al agua]]
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En las tardes, cuando no hay clases, los compañeros de Rodríguez elevan las cometas entre las torres de energía. Sobrevuelan las bodegas en ruinas, y el lote de chatarra, aledaño [[al humedal.]]
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El monstruo graznó: //Piiiiiii.// [[Torció el cuello mecánico.|El duelo]]
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El ganador recibiría un premio en especie, y lo entrevistarían en el [[canal comunitario]]. [[Desde la ventana]].
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En agosto, un canal comunitario organizó el concurso: premiaría la cometa más grande. El ganador recibiría gas butano por un año, y lo entrevistaría la emisora local. La mañana de la premiación, sin embargo, instalamos el radio de tubos en el patio. La señal se iba todo el tiempo. El presentador agradeció a los participantes, y se preparó para anunciar [[los finalistas...]]
[[De repente, una sobrecarga nos dejó sin señal.]]
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Dos meses antes, en las mañanas, recuerda Rodríguez, la elevaba pero se enredaba con las blusas de la dueña, y las matas zutes.
En la tardes, saltaba los muros de una bodega abandonada para ajustar la cola. Una, dos, tres veces le soltaba pita.
En las noches, encendía el gas butano para repasar los dibujos del chino Muo Di y los bocetos de las máquinas voladoras de Leonardo. Mientras en una caja de cartón, permanecía uno de los audios que sobrevivieron al desastre nuclear:
<a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/26/Es-cometa-_juguete_-article.ogg" target="_blank"> Cometa (audio en Wikipedia) </a>
Me echaba en la cama, y armaba la estructura con plástico y guaduas, para [[el concurso.|El concurso]]
Rodríguez quería aparecer en [[el programa del domingo.]] Ser el ganador. Sin embargo, después de la muerte de Bermúdez, no regresó al lote.
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Desde la ventana, veía las antenas del [[canal comunitario]].
El presentador agradeció a los radioyentes, y recordó los niños que elevaban cometas en los cerros de Bogotá, antes del desastre. De repente, una cometa apareció entre las nubes violáceas, iba para todos lados. Una, dos, siete veces, juguetona.
Ante el asombro de todos, //piiiiiiii,// se dirigió hacia el lote abandonado y lo superó. Para desaparecer definitivamente entre los ocres que matizaban la tarde y la risa estruendosa de Bermúdez.
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La cometa giró entre [[las nubes rojas]].
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(text-colour:orange)[[El vuelo]]
//Omar Moreno//
Al acercarnos, un bombillo rojo empezó a titilar. Bermúdez subió a un cajón con una señal radioactiva, para buscar otra salida. Por más de veinte minutos, estuvo encima, hasta que halló un hueco en la pared. Veíamos parte del cielo, y los pájaros mecánicos que volaban en torno a la escuela. //Lo conseguimos. Entramos al lote. ¡El monstruo no nos vio, Rodríguez!//, dijo palmeándome la espalda.
[[De repente, una sobrecarga nos dejó sin señal.]]